Parásitos psíquicos, seres interdimensionales

«Conócete a ti mismo
Y conocerás el Universo y a los Dioses »
Oráculo de Delfos

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Cuando uno corre por la madriguera del conejo en un sendero sin camino uno inevitablemente es enfrentado por una raza inter-dimensional de seres, a menudo de naturaleza reptil como de insecto, colgados en lo alto de la cúspide del poder que constituye el núcleo del Nuevo Orden Mundial.

Las denominaciones atribuidas a estos oscuros actores interestelares son múltiples y abarcan toda la gama de todo, desde los Anunnaki sumerios hasta los ‘hijos de Dios’.

Si bien existe una gran cantidad de material contemporáneo disponible sobre el tema, parece que muy poco se ha escrito sobre lo que en realidad son estos antiguos «dioses».

En lugar de añadir a la naturaleza complicada del sujeto más conjeturas, vamos a tratar de definir estas apariciones fantasmagóricas y ponerlas dentro de un marco contextual que arroja luz sobre su verdadera naturaleza.

Porque si habremos de derrotar a nuestro enemigo hay que entender verdaderamente a ese enemigo.


Piezas del rompecabezas

Desde las antiguas ruinas y reliquias del pasado,

  • a las experiencias de éxtasis, visionarias de los chamanes de todas las culturas y épocas
  • hasta las pinturas prehistóricas que adornan las cavernas subterráneas de Pech Merle
  • a las mitologías del mundo,

… la literatura sobre las hadas de la época medieval, las prácticas de la magia negra por un cierto culto satánico, e incluso nuestras documentadas cuentas de nuestros días de la experiencia de abducción extraterrestre, aparentemente encontramos evidencia de estos organismos de los bajos fondos de todo el mundo.

Incluso nos encontramos con sus efímeros, personajes etéreos imbuidos dentro de la arquitectura sagrada de la capital de nuestra nación, junto con numerosos bajorrelieves, estatuas, monumentos, y fuentes que literalmente, cubren todo el mundo.

Es casi como si estas entidades invisibles están anunciando su presencia clandestina detrás de las escenas, mientras en silencio trazan el curso de la humanidad.

Al llevar a cabo algo más que un simple examen de lo antes mencionado (así como otros campos temáticos) nos permite descubrir una gran cantidad de paralelos y patrones que finalmente culminan en una gran abundancia de generalidad y continuidad

En esencia, lo que descubrimos (entre otras cosas), es,

  • que las llamadas hadas, espíritus chamánicos, dioses mitológicos, entidades DMT, y alienígenas son cualitativamente equivalentes.
  • que no son fenómenos separados mutuamente excluyentes, sino más bien diferentes formas o manifestaciones de un mismo fenómeno recurrente que ha estado sucediendo desde los albores de la historia registrada

Además, encontramos que la experiencia trascendental no ordinaria asociada a estas entidades en sí parece estar evolucionando.


Parásitos Psíquicos

En lugar de hundir la cabeza primero en los aspectos más esotéricos de esta intervención en curso sobre los asuntos de la humanidad, vamos a profundizar poco a poco en la parte más profunda de las aguas, poniendo de relieve uno de los principales atributos de su modus operandi.

Esta faceta a la que me refiero es la calidad parasitaria de su naturaleza. Más específicamente, es la noción demostrable que, literalmente, utilizan nuestras emanaciones energéticas como fuente de alimento para los propósitos de su propia supervivencia y expansión.

Vemos este principio de funcionamiento peculiar en los grandes poemas épicos de Homero, entre ellos y las obras de Virgilio, donde los dioses se describen habitualmente como revoloteando sobre el humo salado del sacrificio lamiendo los efluvios centellantes, es decir, el alimento de los dioses.

Ya sea en el campo de la mitología, magia, o chamanismo – o en el medio de un entorno científico de hoy en día, descubrimos constantemente este aspecto particularmente pernicioso de su carácter, como puede deducirse de las citas seleccionadas a continuación:

«Los dioses olieron el olor, los dioses saboreaban el dulce olor, los dioses se reunieron como moscas alrededor del hombre haciendo el sacrificio.»

La Epopeya de Gilgamesh

«Estos elementales viven en el alma-reino del hombre mientras este vive, y crecen fuertes y gordos, así es que viven en su principio de vida, y son alimentados por la sustancia de sus pensamientos.»

Franz Hartmann, M.D. Magia: Blanca y Negra

«Tomaron el control porque somos alimento para ellos, y ellos nos exprimen sin piedad porque somos su sustento. Del mismo modo que nosotros arrinconamos a los pollos en gallineros, los depredadores nos arrinconan a nosotros en gallineros humanos, humaneros. Por lo tanto, su comida está siempre disponible a ellos.»

Carlos Castaneda El Lado Activo del Infinito

«Ellos se sienten atraídos a las emociones. El miedo animal es lo que les atrae más; Libera el tipo de energía que a ellos les sienta mejor.»

Carlos Castaneda El Fuego Interno

«Ellos estaban interesados en las emociones… Ellos se daban un banquete mientras me hacían el amor a mí.»

Rick Strassman, MD
citando como voluntario del DMT, hablando de criaturas reptiles similares a insectos en 
DMT – The Spirit Molecule

Al leer a través de las citas anteriores uno no puede dejar de ser recordados que aquella ahora famosa escena en la película The Matrix cuando Morpheus inicia al nervioso neófito en el desierto de lo real.

Con una apariencia de pura perplejidad y desconcierto a Neo se le dice lo siguiente:

«The Matrix es un mundo de sueños generado por ordenador, construido para mantenernos bajo control con el fin de cambiar a un ser humano en esto (sosteniendo una batería).»

Mientras que algunos pueden axiomáticamente retroceder ante la idea de vivir en un mundo ilusorio, proyectado mentalmente y ser relegado a la condición de sirviente por una élite gobernante, ya sea similar a una máquina o no, lo cierto es que la analogía de la Matrix encaja bastante bien con nuestra actual realidad cotidiana (vea de David BohmLa Totalidad y el Orden Implicado).

La única diferencia ligera, por lo que yo puedo decir, es el hecho de que somos nuestros propios amos, ya que somos nosotros los que construimos y sostenemos nuestras propias celdas de la prisión.

Este muy lamentable estado de cosas es diestramente encapsulado en la siguiente cita tomada de la película Mi cena con André:

«Creo que Nueva York es el nuevo modelo para el nuevo campo de concentración.

Cuando el campo ha sido construido por los propios internos y los internos mismos son las guardias y tienen este orgullo en esta cosa que ellos han construido – han construido su propia prisión.

Y así ellos existen en un estado de esquizofrenia en los que son tanto guardias como presos y «como consecuencia que ya no tienen, después de haber sido lobotomizados, la capacidad de salir de la prisión que ellos han hecho o que incluso ni siquiera ven como una prisión.

Ahora que nos hemos referido brevemente a la función práctica que estas entidades desempeñan dentro de la construcción como-Matrix en la que nos encontramos operando, ahora podemos avanzar hacia los aspectos más arcanos, místicos de su existencia.

Una Conversación Consciente
Corto de la película «Mi Cena con Andre»


Guardianes de la puerta

Al profundizar en la atmósfera orientada hacia lo oculto que envuelve a estas criaturas interdimensionales, llegamos a descubrir que también desempeñan la parte misteriosa de tutores o porteros.

En este sentido, adecuadamente pueden ser vistos como obstáculos, redes, trampas u vallas que necesitan ser eludidas o superadas si se busca hacer realidad la quintaesencia interna

Esta idea corre a través de todo del budismo, en particular la escuela Mahayana del pensamiento, por lo que no es sorprendente verla surgir en el Libro Tibetano de los Muertos, el Bardo Todol.

Allí, en las instrucciones a los muertos del Bardo Todol, se les insiste en que tanto los dioses favorables como los desfavorables son ilusiones que hay que superar. Esta corriente de pensamiento se encuentra también en el campo de la magia donde los dioses son caracterizados como los Moradores Umbral que guardan el jardín del paraíso del alma.

Incluso nos tropezamos con esta regla simbólica en la práctica de yoga, así como entre muchas otras disciplinas espirituales.

Como Swami Vivekananda afirma en su obra Raja-Yoga:

«Hay otros peligros también: dioses y otros seres vienen a tentar al yogui. Ellos no quieren que nadie esté perfectamente libre Están celosos, al igual que nosotros, e incluso peor que nosotros a veces. Tienen mucho miedo de perder sus posiciones».

Como se mencionó anteriormente, estos «porteros o guardianes» están vigilando la puerta al paraíso.

La pregunta es – ¿qué es exactamente esa puerta?

Tras un examen más minucioso, resulta que la puerta al paraíso es nada menos que la bien-conocida Diosa Madre del universo que los antiguos egipcios denominaban Reina Isis. Tanto dadora como tomadora, ella es la matriz de la cual los dioses, el hombre, los animales y todas las demás formas surgieron.

En pocas palabras, ella es la personificación femenina del espacio y tiempo, entre otras muchas cosas; esa abeja que fructifica el alma.

Como Joseph Campbell, el gran mitólogo, tan elocuentemente lo pone en su obra Creative Mythology:

«Es, sin embargo, por medio de la Diosa Madre del universo, cuyo seno es el apriorismo del espacio y tiempo, que el uno, allí, se convierte en estos muchos, aquí.

Es ella la que está simbolizada por la cruz; como por ejemplo, en el signo astrológico-astronómico para la tierra.

Es en ya través de ella que la sustancia-de-dios se vierte en este campo de espacio y tiempo en un continuo acto de entrega autocreativa del mundo; ya través de ella, en Retorno – su orientación y su enseñanza – que estos muchos son dirigidos hacia atrás, más allá de su reinado, a la luz más allá de la oscuridad de la que todos vienen. «

Y lo sabes, mira lo que encontramos en los experimentos de DMT realizados por el Dr. Rick Strassman:

«Sí. Tenía una cabeza alargada. Supongo que los guardianes estaban evitando que la viera… Lo sé, pero parecen como algo más. Se ven como tutores, guardianes».

Rick Strassman, MD
DMT La Molécula del Espíritu

O esta cita de Graham Hancock en su obra Supernatural – Reuniones con los Antiguos Maestros de la Humanidad (Supernatural – Meetings with the Ancient Teachers of Mankind) que describe su experiencia de ayahuasca poco después de que se encuentra con seres extraterrestres similares a insectos:

«Un poco más tarde, fuera del contexto de cambios en los patrones geométricos, aparece una hermosa diosa egipcia. Sólo veo la cabeza y el tocado con claridad. Ella está toda de blanco.»

En este punto, algunos pueden estar pensando,

«¿Entonces qué? Esas son alucinaciones. Nada real o de cualquier valor puede derivarse de un estado no ordinario de conciencia de esa manera. Porque eso es sólo una anomalía aberrante, mórbida de la mente.»

El único problema con esta línea de pensamiento son los hechos un poco inconvenientes de este tipo:

«La paradoja es que el Discurso del Método de René Descartes, el libro que reformó toda la estructura del conocimiento occidental y que proporciona las bases para la ciencia moderna, llegó a su autor en tres sueños visionarios y un sueño dentro de un sueño, que proporcionó la clave para interpretar el sueño más grande.

¡Qué ironía es que todo el edificio de lo racional, de la ciencia positivista, reduccionista, que hoy rechaza el «conocimiento subjetivo», fue inspirada originalmente por una revelación en un estado no ordinario de conciencia!»

Stanislav Grof, MD, Ph.D.
The Holotropic Mind

Por último, para concluir esta sección arriba, echemos un vistazo a la simbología de abajo que se encuentra en el Vaticano que aparece una y otra vez:

Observe los dragones de oro alrededor de la pintura que cuidan la concha con una abeja en el centro.

La concha es, obviamente, un conocido símbolo de la diosa Venus, que representa una de las muchas variantes diferentes de la Diosa Madre. La abeja es otro símbolo de esta diosa, ya que ella es también una abeja reina.

Además, compare y contraste las imágenes más abajo mientras reflexiona sobre el papel de la Diosa como Madre de los Dioses, y tomando en consideración la siguiente cita:

«La naturaleza habla en señales y, para entender su lenguaje, hay que prestar atención a las similitudes en la forma».

Jeremy Narby
La serpiente cósmica

La imagen de arriba es de la Diosa Abeja en un ánfora de Beocia alrededor del año 700 antes de Cristo.

La imagen de arriba es de una página en la obra de Graham Hancock Sobrenatural en el que él describe la entidad como tal:

«… La cara alienígena, de color gris, con una frente amplia en cúpula y un barbilla en forma puntiaguda de corazón, al igual que los rostros de los seres de luz con los que me encontré un par de días antes.

Pero esta criatura no se ve amigable. Sus ojos son de varios segmentos, como los de una mosca».

Ahora que se nos ha dado una visión de su papel como guardianes, vamos a tratar de conocer más a fondo a manera que arrojar más luz sobre este aspecto de su funcionalidad.

Partes de nosotros mismos

Después de mucha excavación subterránea, estamos ahora más cerca de descubrir ese diamante en bruto.

Al final, después de comparar y contrastar ampliamente muchos campos diferentes, nos encontramos con el descubrimiento de que es la mitología yuxtapuesta en el contexto de la psicología que nos da algunas de las ideas más profundas.

Cuando nos desviamos fuera del dominio eclesiástico ortodoxo dogmático de la religión organizada se nos permite descubrir una idea que encaja perfectamente con lo que nos hace cosechar la mitología y la psicología.

Esta es la idea de que todos los dioses, demonios, cielos e infiernos se encuentran dentro del hombre mismo.

Si se trata de,

  • la tradición tántrica de la India
  • las enseñanzas de las antiguas escuelas del misterio
  • la Divina Comedia de Dante
  • la filosofía de Schopenhauer del mundo como Voluntad e Idea.
  • los textos religiosos de los Upanishads
  • las creencias de los ashánincas
  • o incluso la Biblia donde se dice en Lucas 17: 20-21 que el Reino de Dios está dentro de ti,

…tropezamos con esta aprehensión introspectiva de todas las formas míticas.

Como Joseph Campbell transmite en su obra Mitología Creativa:

«Todos los dioses están dentro, dentro de ti, dentro del mundo.»

Si bien esta afirmación es muy útil, desafortunadamente todavía es demasiado nebulosa.

Así que vamos a pasar a la psicología de Jung y al hacerlo, tratar de transformar el resumen a lo concreto. En este campo, los dioses y diosas son vistos como fuerzas arquetípicas, instintos, o el contenido de la mente inconsciente.

Como el Dr. Carl Jung retransmitió en el comentario al Libro Tibetano de los Muertos:

«El mundo de los dioses y los espíritus es verdaderamente ‘nada más que’ el interior inconsciente colectivo de mí. Para activar esta frase y redondearla para que diga: El inconsciente colectivo es el mundo de los dioses y los espíritus fuera de mí, no se necesitan acrobacias intelectuales…»

La cita anterior da a entender que esencialmente no hay diferencia fundamental entre el interior y el exterior.

Esto tiene mucho sentido en el contexto del multi-verso fractal, no local, holográfico, que en definitiva es una construcción cognitiva, una proyección psíquica, o un espejo de nuestros propios pensamientos (véase Michael Talbot, El universo holográfico.)

Visualizando a los dioses dentro de este paradigma nos permite sintetizar la investigación de aquellos que ven estas antiguas entidades generadas internamente versus a aquellos que las perciben como un componente de una realidad externa independiente fuera de nuestro rango de frecuencias.

Por lo tanto, vemos que estos dioses son personificaciones en la esencia de las partes, los funcionarios o agentes de un orden monolítico; que son todas manifestaciones de la mente inconsciente, ese tremendum que subyace en movimiento, esa Matrix de la Vida de la cual la reina Isis es la personificación femenina.

Como el Dr. Carl Jung escribió en Psicología y Alquimia:

«Al igual que el padre representa la conciencia colectiva, el espíritu tradicional, así la madre representa el inconsciente colectivo, la fuente del agua de la vida. (Cfr la significación maternal de la Fonssignatus, como un atributo de la Virgen María, etc.) «

Tal como se deduce de arriba, al examinarlo de cerca, resulta que todos los dioses y diosas de la antigüedad son en realidad una diosa.

Como lo afirma el iniciado Apuleyo en El asno de oro:

«Vengo, Lucio, movido por tus súplicas: Yo, madre del universo, amante de los elementos, primogénita de los siglos, la más alta de los dioses, reina de las sombras, la primera de aquellos que habitan en el cielo, representando en una forma a todos los dioses y diosas.

Mi voluntad controla las alturas resplandecientes del cielo, los vientos del mar que dan salud, y los silencios tristes del infierno; el mundo entero adora mi única divinidad en mil formas, con diversos ritos, y en muchos con un nombre diferente… pero las dos razas de etíopes, aquellos sobre los que sale y aquellos sobre los que se pone el sol brillante, y los egipcios que se destacan en el aprendizaje antiguo, me honran con el culto que es verdaderamente mío y me llaman por mi verdadero nombre: la Reina Isis».

Abriendo las Puertas del Infierno

Es importante entender y recalcar que cuando estos dioses se suprimen se convierten en verdaderos demonios.

Citando de nuevo del Dr. Jung en su obra Los arquetipos y el inconsciente colectivo encontramos lo siguiente:

«También sabemos que es peligroso suprimirla, porque el inconsciente es vida y esta vida se vuelve contra nosotros si es suprimida, como sucede en la neurosis.»

Como resultado de esta supresión de las raíces instintivas del inconsciente, el mundo está envuelto en las llamas de la psicosis al haber surgido una escisión psíquica dentro de la conciencia colectiva de la humanidad.

Por lo tanto nuestro actual callejón sin salida es una función de pura locura.

Este es un mundo en el que todos estamos siendo paganizados, embrutecidos, sexualizados, y degradados en lo que es esta fase de Nigredo de la Gran Obra Alquímica; un mundo en el que estamos siendo literalmente alimentados por una Fuerza.

Lo oímos todos los días. El incesante parloteo acerca de cómo nuestros líderes (o más bien falsos líderes) están completamente locos y cómo todo lo que nos rodea está invertido, corrompido y pervertido.

Como Michael Ellner, el autor de la esperanza es realista, escribe:

«Basta con mirarnos a nosotros. Todo está al revés, todo está al revés. Los médicos destruyen la salud, los abogados destruyen la justicia, los psiquiatras destruyen la mente, los científicos destruyen la verdad, destruye los principales medios de información, religiones destruyen la espiritualidad y los gobiernos destruyen la libertad.»

Como una nota interesante, mire cómo el Dr. Jung define médicamente el término «demencia»:

«La locura es la posesión por un contenido inconsciente»

Dr. Carl Jung
Los estudios alquímicos

Hmm… Posesión.

¿Dónde hemos escuchado eso antes? Oh si:

«Es a partir de este proceso de» posesión» por los reptilianos y otras entidades de bajas vibraciones que tenemos los cuentos antiguos, de hecho los modernos también, de demonios, diablos y espíritus malignos tomando más de una mente humana y cuerpo.»

David Icke
El Secreto Más Grande

«Durante miles de años, la humanidad ha sido cada vez más poseída de la mente, fallando en reconocer la entidad que lo posee como ‘no-yo’.»

Eckhart Tolle
Una Nueva Tierra

«Es más como estar poseído… Es como si tuvieran una agenda… Tiene un sabor tan distinta, el ser reptiliano o seres que están presentes.»

Dr. Rick Strassman, MD
Citando voluntario de DMT La Molécula del Espíritu

 

Revelaciones resultantes

La energía como Alimento

Todas estas fuerzas vivas se corresponden directamente con algún deseo animal, impulso, unidad, afecto, instinto, o pasión innata.

Ellos se sostienen de lo mismo que les dio la vida en el primer lugar: el pensamiento. Inicialmente, son etéreos pero tienden a crecer más y más fuertes a medida que el deseo con el que se correlacionan es atendido.

Eventualmente, si se le da suficiente sustento, ellos asumen un tipo más tangible de material de existencia.

Como Eckhart Tolle comentó en su obra Una Nueva Tierra:

«Todo pensamiento es energía y el dolor-de-cuerpo está alimentándose de la energía de sus pensamientos.»

Guardianes de la Puerta

La integración de los instintos de la mente inconsciente es un requisito previo para completar el proceso de individuación según el Dr. Carl Jung.

Estas facultades de la mente deben ser abordadas antes de que uno pueda llegar a ser completo o «Entero». Si no se tratan, o peor aún son suprimidas, tienden a actuar como barreras que impiden a los aspirantes a adeptos de actualizar su verdadero Ser.

Therianthropes/cambia-formas

Los alienígenas aparecen con frecuencia, ya sea en puros animales o de forma teriantrópica (animal/híbrido humano) antes de transformarse en la identidad más familiar asociada a la cultura pop contemporánea.

De acuerdo con John MackDavid Jacobs, y otros investigadores, este tipo de fenómenos no es la excepción sino más bien cae más en el lado de la regla.

Esto tiene mucho sentido teniendo en cuenta que los dioses son proyecciones psíquicas que reflejan los aspectos instintivos profundamente incrustados en nuestro carácter.

Una vez más, citando al Dr. Franz Hartmann en la magia – Blanca y Negra:

«Ellos son los temidos Moradores del umbral

Se les describe como teniendo la forma de serpientes y tigres, cerdos, lobos insaciables, etc., pero como son a menudo el resultado de una mezcla de elementos humanos y animales, que no se limitan meramente a exhibir formas puramente animales.

Pero con frecuencia se parecen a los animales con cabezas humanas o como hombres con miembros de animales.

Aparecen bajo infinita variedad de formas, porque hay una infinita variedad de correlaciones y mezclas de lujuria, avaricia, codicia, amor sensual, ambición, cobardía, el miedo, el terror, el odio, el orgullo, la vanidad, la arrogancia, la estupidez, la voluptuosidad, egoísmo, celos, envidia, soberbia, hipocresía, astucia, sofistiquería, imbecilidad, superstición, etc., etc. »

Pintura de visión de ayahuasca
por el Chamán peruano Pablo Amaringo tal como se presenta en
Ayahuasca Visions – The Religious Iconography of a Peruvian Shaman.

La naturaleza paradójica

Vemos este aspecto contradictorio de su naturaleza múltiple de muchas maneras.

Por ejemplo, tomen nota de su sexualidad ambigua y el hecho de que algunos de ellos aparecen benévolos mientras que otros parecen ser más nefastos y malévolos. (Procedimientos médicos dolorosos y experimentos relacionados con la abducción extraterrestre).

Si bien hay mucho que decir acerca de esto último, por ahora nos limitaremos a señalar que el quid de esto se puede explicar por la naturaleza del propio inconsciente.

Porque dentro de ese ámbito se mezcla todo junto – tanto «bueno» y «malo».

La mentalidad del tipo colmena

Teniendo en cuenta que los dioses han sido correctamente identificados como los instintos/afectos, no es de extrañar que muchas veces actúan de una manera mecánica, tal como drones.

Nótese también cómo la Élite Oculta (una extensión de estas criaturas) subraya constantemente la conformidad, la estandarización de todo el pensamiento, el colectivismo, el hemisferio izquierdo del cerebro perspectivas de orientación masculina, y, en esencia, han convertido la modernidad en una laboriosa tormenta de granizo de prisas, donde todo el mundo está siempre ocupado como una abeja.

Guerras de los Dioses

Este aspecto de su carácter beligerante se puede ver de forma rampante e ininterrumpida en toda la mitología del mundo.

La idea de los dioses como los que mueven los hilos reales detrás de las escenas, facilitando un estado de guerra perpetua es brillantemente iluminado en La Ilíada de Homero.

El mensaje es claro:

La historia de los asuntos del mundo es la historia de la propia psique.

Desde un punto de vista psicológico esto tiene sentido, ya que los instintos siempre están tratando de tiranizar uno sobre el otro.

Como Nietzsche señaló en La Voluntad de Poder:

«Cada unidad es una especie de deseo de gobernar, cada una tiene su punto de vista que le gustaría obligar a todas las demás unidades a aceptar como norma.»

Los dioses supervisando el campo de batalla
Romeyn de Hooghe, De Belegringh van Groeningen
(C. 1672) de la Universidad Hebrea de Jerusalén

Portales al Inframundo

Al revisar varios registros etnográficos y antropológicos uno es constantemente introducido a la proposición de cuevas, el mar, lo subterráneo, túneles, etc., siendo portales al inframundo.

Según Mircea Eliade en Chamanismo – Técnicas Arcaicas de Éxtasis (Shamanism – Archaic Techniques of Ecstasy), las cuevas son,

«símbolos concretos del paso a otro mundo, o un descenso a los infiernos».

Este sentimiento coincide muy bien con la definición que el Dr. Jung pone adelante en su obra Psicología y Alquimia, donde afirma:

«La cueva representa el aislamiento y la oscuridad del inconsciente».

Lo que es importante entender aquí es que es que aquello que está arriba realmente está abajo; que uno debe descender a la oscuridad con el fin de lograr la transfiguración espiritual.

¿Cómo podría uno esperar procesar, transformar, y, finalmente, integrar los instintos si no son enfrentados en su propio terreno?

Este axioma místico de alquimia de que hay que descender o morir en sí mismo antes de renacer se ha dilucidado extensamente en la novela La Montaña Mágica de Thomas Mann.

Citando de nuevo del Dr. Jung en Psicología y Alquimia descubrimos lo siguiente:

«El propósito del descenso, tan universalmente ejemplificado en el mito del héroe es mostrar que sólo en la región de peligro (abismo de agua, caverna, bosque, isla, castillo, etc.) se puede encontrar el ‘tesoro difícil de alcanzar’ (joya, virgen, la poción-de-vida, victoria sobre la muerte).»

Bohemian Grove

El lector recordará que desde principios de los dioses son a menudo disfrazados en forma de animales o therianthropes.

Pero incluso más interesante que esta es la forma animal que tan a menudo eligen: el búho, como se señala en Pasaporte al Cosmos de John Mack.

Está bien establecido que el búho siempre se ha asociado con la diosa (la sabiduría y las artes negras) ya que los dioses siempre han sido considerados los protectores, tutores o representantes de los mismos.

Y así, ¿no podía ser más claro en cuanto a lo que en realidad es el Bohemian Grove?

En última instancia, el punto de la Oculta Elite haciendo sacrificio a los dioses es una de una relación de beneficio mutuo, como se señala en La sombra sobre Innsmouth de H.P. Lovecraft (ver PDF, Obras Completas de H.P. Lovecraft – página 862)

 

¿Qué es el diablo?

Finalmente, después de todo nuestro buceo en aguas profundas y minería subterránea, hemos llegado a la raíz desnuda de los llamados reptiles.

Aquí es importante entender que los dioses que están gobernando el mundo de hoy son en su mayoría demonios que han regresado de vuelta a nosotros como resultado de la supresión de la mente inconsciente.

Usted podría verlo como los instintos de decadencia y libertinaje señoreando como maestro en los instintos de la vida. Y al igual que los dioses son manifestaciones de una cosa (inconsciente) también lo son los demonios.

En cuanto a este último, esa cosa resulta ser el diablo.

Ahora, la pregunta de los 64 billones de dólares:

  • ¿Qué es este Poseidón-Plutón-Hades-Neptuno-Shiva que es exactamente el diablo en la mitología cristiana?
  • ¿Quién es este dragón la serie Buda debajo del árbol de Bodhi y aparece como el adversario en el Libro de las Revelaciones?
  • ¿Qué vamos a hacer de este gran mago de Aleister Crowley; este lado negativo de la luz astral, expuesto por Eliphas Levi; este cable que acciona el alquimista loco y complica el trabajo?

En una nota al pie enterrada como una aguja en un pajar dentro de los Estudios alquímicos de Jung nos encontramos con una de las definiciones más precisas de este Leviatán:

«El diablo es la forma Saturnina del anima mundi».

A lo que el Dr. Jung se refería con que aquí está el caos, masa confusa, materia prima o aspecto animal no diferenciado, oscuro, primitivo e instintivo de la mente inconsciente.

Esta sustancia arcana (Mercurio), que es la base del trabajo, contiene todo lo que se necesita. Es totalmente autónomo siendo como el dragón que engendra, reproduce, mata ya devora a sí mismo.

Como Demócrito es conocido por haber dicho:

«La naturaleza se regocija en la naturaleza, la naturaleza conquista la naturaleza, la naturaleza gobierna sobre la naturaleza.»

Es importante señalar que las cuestiones de Piedra o nace de la oscuridad de esta materia prima (orden del caos).

¿No surge acaso la Primavera del Invierno? ¿No es la iluminación iluminar aquello que es oscuro? Y esta es la razón por la cual los alquimistas dijeron que tales cosas aparentemente blasfemas como «quemaduras de amor de Dios en el infierno».

O por qué el adepto Apuleyo escribió lo siguiente en El asno de oro:

«A media noche vi el sol brillar como si fuera mediodía.»

Sin embargo, esta materia prima es sólo un aspecto de Mercurio; el otro es el Ser.

Porque Mercurio se encuentra al principio y al final de la Gran Obra. Como la materia prima se encuentra en su forma más baja (dragón) y como el lapislázuli Philosophorum (rosa, Phoenix, lapislázuli, piedra, tesoro difícil de alcanzar, etc.) él alcanza su altura. Es su transformación la que provoca la Boda Alquímica de Christian Rosenkreutz.

Porque como el Rosarium Philosophorum afirma:

«El opus procede del uno y lleva de nuevo al uno».

En última instancia, el dragón, que debe tenerse en cuenta, es sinónimo de la serpiente en el jardín del Edén, es una fuerza doble que subyace toda la vida (al igual que el inconsciente).

Es esa andrógina y paradójica serpiente cósmica que la religión dogmática reduce a la mitad. Dentro de este contexto, una miríada de diferentes variables sondes-mistificados.

Por ejemplo,

  • ¿Por qué Kali (otra variante de la Diosa) se caracteriza como el «agua que mata y vivifica»?
  • ¿por qué el número 666 tiene una connotación positiva en algunas culturas y un matiz negativo en otras?
  • ¿por qué el dragón / serpiente es a la vez vilipendiado y reverenciado?
  • ¿Por qué Lucifer (la estrella de la mañana) significa tanto Cristo como el diablo?
  • ¿Por qué los chamanes de todo el mundo consideran que la tremenda fuerza de la vida del mundo – esa red de poder que subyace en el universo – es una fuerza dualista que se puede utilizar para el bien (logro de lo Último) o malo (magia negra / hechicería)

Al final, siempre y cuando mantengamos esta postura absurda de hacer demasiado hincapié en la vida consciente, a expensas de lo inconsciente, Lilith (otro nombre para el material primo / chirrido del búho) – la espada de fuego en el Jardín del Edén – esa ánima chamanística que es peligrosa y tiene poder transformador – seguirá bloqueando el camino de vuelta (que es realmente hacia adelante).

En última instancia, la base de aspectos instintivos de la mente inconsciente tendrán que ser confrontados / procesados / integrados si queremos hacer frente a esta escisión psíquica dentro del hombre.

Las transformaciones de Mercurio.
La Melusina (Lilith) reuniéndose con el adepto
en su camino hasta el árbol es Sapientia.
Ripley Scrowle (c. 1570),
Museo de Alquimia Rosacruz.

La integración como el camino de salida

Nunca vamos a integrar aquello que demonizamos y vilipendiamos.

Este hecho pone de relieve también la raíz del dilema actual. Es lo que creó la situación de los opuestos que se oponen en el primer lugar. Es lo que dio lugar a esta escisión psíquica en el hombre, que es la fuente de nuestra locura colectiva. Expulsando a estos dioses ahora nos ha hecho sentir como que necesitamos expulsarlos.

Debido a que fuimos nosotros los que abrimos las puertas del inframundo psíquico y desencadenamos las hordas de mutantes; fuimos nosotros quienes invitamos al Vampiro a entrar.

Como Paracelso escribió en De Ente Spirituali:

«Una mente sana es un castillo que no puede ser invadido sin la voluntad de su amo; pero si a ellos ( las larvas) se les permite entrar, éstas excitan las pasiones de los hombres y las mujeres, crean ansias en ellos, ellos producen malos pensamientos que actúan perjudicialmente en el cerebro, ellos agudizan el intelecto animal y sofocan el sentido moral «.

La frase clave en lo de arriba es,

«Agudizar el intelecto animal y sofocar el sentido moral».

¿Este sentimiento no encapsula perfectamente nuestra cultura-popo de hoy en día, empapada de sexo caníbal (Venus) y muerte (Saturno)?

Si es así, ¿por qué el énfasis en el sexo y la muerte? La razón es porque el sexo y la muerte actúan como los dos principales correlatos subyacentes de temporalidad. Estos dos elementos se corresponden directamente con los dos principales motores de la ilusión que la psicología moderna reconoce como eros (deseo) y thanatos (agresión).

Son estas dos motivaciones principales y fundamentos de la vida son las que nos unen a nuestro constructo tipo Matrix y mantienen la cortina de Mayade bajar. En resumen, es una forma efectiva para recortar nuestras alas y mantenernos a tierra.

Si bien podemos desear huir de nuestros miedos, simplemente no podemos. La vida es el laberinto; la vida es la casa de campo. Como tal, sólo nos encontramos a nosotros mismos a lo largo del camino.

En un universo holográfico, donde cada parte es toda la represión, la indiferencia, y una mentalidad de nosotros contra ellos fractura, demarca, delinea, y fragmenta el mundo.

Esto actúa para alejarnos de nuestro verdadero Ser jugando en las manos de un estruendoso submundo que está actualmente en posesión de la raza humana.

Como GeoffByrd lo pone:

«El vacío de poder fue creado por nosotros. Es nuestra propia incapacidad para hacer frente a nuestros propios demonios y sanar nuestro trauma psicológico lo que permite que esto suceda.»

Con el fin de integrar las partes de nosotros mismos que nos hemos negado aceptar y comprender que lo hemos reprimido.

Es un hecho establecido de la psicoterapia que a través de la comprensión y la experiencia de los contenidos subyacentes podemos liberarnos de la compulsión. De este modo, facilitamos la integración de los instintos, que es un requisito previo para completar el proceso de individuación. Tenga en cuenta que la alquimia es una proyección psíquica de este proceso en forma simbólica.

Y que tanto la alquimia y la individuación de Jung son idénticas a la iniciación chamánica.

Al final, nuestro objetivo es convertir a un dragón en una rosa; hacer cuadrado el círculo; colaborar conscientemente con el proceso inconsciente de individuación y de ese modo lograr una transformación del inconsciente que se traduce en la realización de un todo unificado.

Se podría llamar a esto Espíritu de la «Integridad» a pesar de estar claro que no hay espíritu puro. Ya que la Gran Obra Alquímica es una unión del cielo y el infierno en la tierra.

No abandonar el cuerpo, no aniquilar los instintos, no negar la vida en sí, sino más bien transfigurarla o espiritualizar los instintos y la vida misma. En cualquier caso, el Espíritu es a la vez espiritual y corpóreo.

Como Nietzsche señaló en El Anticristo:

«El ‘espíritu puro’ es una pura estupidez.»

En el análisis final, podemos llegar a ser bestias zombificadas de las bestias tipo-máquinas esclavizadas bajo una dictadura científica totalidad carente de humanidad o podemos transformar ese personaje diabólico que vive en Saturno en un psicopompo que ilumina el camino y nos permite convertirnos en piedras filosóficas vivientes.

Hay mucho en juego en la estratosfera.

Así que elijamos sabiamente…

Fuente: bibliotecapleyades.net
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El mundo detrás de lo visible: el Plano Astral y los Registros Akásicos

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El mundo espiritual

Gran diversidad de creencias, que seguramente incluyen a prácticamente todas las religiones de la Historia, consideran que el mundo es más de lo que vemos. Que la realidad material a la que estamos atados no es sino un reflejo de nuestras propias limitaciones, las cuales podemos o estamos destinados a romper. Ya sea en forma de la iluminación buscada por el budismo, de la muerte designada por Dios y que lleva a su compañía en el cristianismo o islamismo, o de la comunicación con los antepasados y el viaje a realidades alternas en muchos tipos de chamanismo, siempre la humanidad considera que hay un “más allá” y busca de manera incesante contacto con él.

 

Este mundo espiritual, según algunas creencias de la teosofía y la antroposofía, estaría constituido no poder entidades divinas equivalentes de alguna manera al hombre (como suele representarse a las deidades) sino por información. Información sobre el universo que nos rodea, sobre los entes espirituales que nos componen, sobre todo aquello que necesitamos para alcanzar el verdadero conocimiento.

Se encuentran allí los Registros Akásicos.

Registros Akásicos

Se conoce como Registros Akásicos a un compendio de conocimientos profundos sobre el Universo que incluyen todo lo que ha sido, todo lo que es y todo lo que podría ser. Estos registros se encuentran en un plano no material de existencia conocido como el “Plano Astral” al que en teoría todos los seres humanos tenemos acceso, pero que solo unos poco privilegiados habrían visitado.

Fueron investigaciones del siglo XIX las que llevaron a la  postulación de estos registros como un conocimiento que habrían compartido innumerables culturas ancestrales incluyendo los druidas, los sumerios, los egipcios, los incas y los tibetanos entre muchas otras culturas. De acuerdo con varias fuentes, incluso en la Biblia aparecería registro de esta información en forma del llamado “Libro de la Vida”.

 

Pero, ¿qué son exactamente los Registros Akásicos? ¿Qué los compone?

 

El Plano Astral y la información del Universo

Estamos hechos de información. Incluso en el plano material, nuestro ADN no es más que un compendio de información genética destinada a constituir nuestros cuerpos y nuestra realidad física.

El Plano Astral, constituido en el “éter” (algo así como un vacío en el que algo existe), no es más que los rezagos de cada acción de cada ser espiritual en el mundo, restos que dejan una resonancia que otro ser puede leer… si se ubica en el plano adecuado. Dentro de estas “tablillas indestructibles”, entonces, estaría escrita la historia del mundo.

Pero uno no puede acceder a este conocimiento con fines meramente educativos, no digamos con objetivos maliciosos. Es necesario estar en tranquilidad y buscar allí con el propósito de conocerse: la información del mismo ser, por lo general, será la primera en salir a la superficie.

De acuerdo con quienes han visitado este territorio, es también fundamental llevar de antemano la aceptación: muchos se encuentran con hechos de sus vidas pasadas que resultan duros, y si no están en capacidad de aceptarlos e interiorizarlos de antemano no serán revelados ante ellos.

Acceder a la información propia, según dicen, es relativamente sencillo y no requiere más que una “intuición bien desarrollada”.  La meditación, la capacidad de mantener la mente en blanco, es fundamental, pues solo cuando estamos en paz podemos recibir las tenues señales del universo. Además de estas cosas, las motivaciones para acceder son la llave de la sabiduría: quien ingrese con un motivo que no sea el autoconocimiento y la comprensión no obtendrá nada.

Revisar los registros universales resulta, según parece, más complejo: solo los ya iniciados en sus propias escrituras pueden aprender a hacerlo. En el mismo proceso se encuentra el secreto, que nadie parece querer revelar.

Fuente: elpensante.com

El Alma, la Reencarnación y el Plano Astral

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Una Breve Historia de los Conceptos del Alma, de la Reencarnación y del Más Allá en las Culturas Antiguas

¿De dónde viene nuestra conciencia antes de nacer en este mundo físico? ¿Qué sucede al fallecer el ser humano? ¿A dónde vamos tras la muerte? Éstas son las grandes preguntas de cualquier hombre filosófico. A lo largo de la historia de la civilización los sabios de renombre de todas las épocas se han planteado estas preguntas tan esenciales y las grandes tradiciones espirituales, religiosas, filosóficas y esotéricas han buscado ofrecer respuestas detalladas al respecto. Antes de abarcar este tema vamos a echar un vistazo muy breve a la historia de los conceptos del alma, de la reencarnación y de la vida de ultratumba e indagar un poco en la religión comparativa.

Primero me gustaría comparar la esencia del alma y recalcar la diferencia al respecto entre el relato de la creación mesopotámico (Enkista) y la versión bíblica posterior (Anuista). Si comparamos las dos versiones, pronto nos damos cuenta de que sus conclusiones respectivas son esencialmente contrarias.

En el Poema de Atrahasis, el relato sumero-acadio de la creación del hombre y del diluvio cuyos manuscritos más tempranos tienen una antigüedad de casi cuatro milenios, se relata que el hombre, la creación de Enki, fue formado en la arcilla del Abzu, mezclado con la sangre de un dios y otorgado un alma divina que, según Enki, lo presentaría siempre vivo aún después de su muerte (Atrahasis 1:221-230).

Por otro lado, el Génesis bíblico, una refundición tardía y altamente tergiversada de la versión mesopotámica original, enseña lo contrario implicando que el hombre es mantenido vivo sólo por el aliento de vida (alma) de Yahvé y al morir se le va ese sustento de vida y vuelve al polvo del cual fue formado (Génesis 2:7; 3:19).

Aquí la diferencia está bien clara. La versión politeísta enkista enseña que al hombre se le otorgó la naturaleza espiritual de los dioses y por lo tanto el alma humana es esencialmente inmortal. Por otra parte, la versión monoteísta anuista (jehovítica) cuenta el concepto judío bastante desalentador del más allá según el cual el difunto regresa a un estado de inexistencia y su única posibilidad de una nueva vida, la resurrección en términos teológicos, está en las manos del supuesto gran juez divino Yahvé.

¿Cuáles son las implicaciones de esto?

El concepto enkista del alma, el de la inmortalidad espiritual del hombre, es uno de libertad y de evolución individual que va muy vinculado con el objetivo de la vida desde la perspectiva del Enkismo. El hombre es libre para volver a encarnar en el mundo físico, gozar de la vida terrenal una vez más, continuar con el desarrollo de su alma y acercarse cada vez más al Opus Magnum: el alcance de la divinidad en nuestra trayectoria evolutiva natural. Recordemos que el alma sólo puede crecer cuando está encarnada en un cuerpo físico, pues el mundo material es el mundo de la acción. Sabiendo todo esto, la Serpiente del Edén, en realidad una representación bíblica de Enki el Ushumgal (Gran Serpiente) de la religión sumeria antigua, les aseguró a los humanos de que la amenaza de Yahvé (el día que comáis del fruto del conocimiento ciertamente moriréis) era mentira y añadió que Yahvé les había mentido porque él sabía que los hombres espabilarían y se volverían como los dioses (Elohim) al comer del fruto del conocimiento del cielo (Génesis 3:4-5). Y eso fue exactamente lo que sucedió según el mismo texto bíblico. Hasta Yahvé terminó admitiendo que el hombre ya era como uno de los dioses gracias al conocimiento divino impartido por la Serpiente (Génesis 3:22) y los siguientes capítulos de Génesis demuestran que el hombre no murió en el día que comió del fruto del Árbol del Conocimiento como había afirmado Yahvé sino que viviría casi mil años más (Génesis 5:5).

Por otro lado, la doctrina bíblica anuista de un alma destructible, finita y condenable es una de esclavitud y de estancamiento espiritual. Este concepto del alma humana luego formaría la base de las doctrinas horripilantes del juicio final y de la condenación eterna. La corriente judeocristiana promueve la creencia de que el hombre tiene una sola vida, su alma pertenece al ‘dios único’ del monoteísmo, al morir su hado está únicamente en las manos de su ‘juez divino’ y él tendrá todo el poder de condenarla al fuego por no haber seguido las enseñanzas de su ‘religión única’ en vida. ¿Pueden ver por qué la doctrina de una sola vida y de un alma mortal y dependiente de un supuesto ‘dios único’ como el Yahvé bíblico ha sido tan atractiva para la élite de las teocracias tiránicas de la corriente judeocristiana? Con dicha teología los líderes religiosos anuistas siempre les han infundido a sus víctimas un miedo descomunal y así los han sometido a una mentalidad de obediencia ciega a su supuesta autoridad. La religión judeocristiana siempre ha sido una religión de miedo y de chantaje emocional.

En fin, la visión del alma enkista que enseña que el ser humano está dotado de un componente espiritual que transciende la muerte física nos presenta con una gran esperanza de renacer como individuos y seguir el camino de nuestra evolución espiritual auténtica mientras la doctrina bíblica de que el alma sólo vive una vez, está sometida a la extinción completa y últimamente su hado está en las manos de un solo juez divino para toda la eternidad es una cárcel tenebrosa que nos somete al yugo de una religión opresiva a través del miedo y nos mantiene en la esclavitud psicológica de las entidades malévolas que nos quieren controlar.

La verdad es que mucho antes del concepto judío de la resurrección de los muertos seguida por el juicio divino (hacia el siglo 4 AEC) y de las doctrinas eclesiásticas posteriores del cielo y del infierno (los primeros siglos de la Era Común) muchas grandes religiones ancestrales y tradiciones esotéricas concebían que el alma humana era inmortal por naturaleza y algunas de ellas enseñaban de modo explícito que la esencia vital del hombre transcendía la muerte y volvía a renacer en otro cuerpo dentro de este mundo material. El concepto de la reencarnación era muy común en el mundo pagano pre-cristiano.

En la cultura egipcia antigua se creía que en el momento de la muerte física el Ka, la esencia vital y lo que corresponde al alma o espíritu en otras religiones, sigue vivo y viaja al mundo de ultratumba. Para los Egipcios, el Ka era un componente inmortal del ser humano. Algunos eruditos han sugerido también que la religión egipcia contenía vestigios de una creencia primordial en la transmigración de almas. Historiadores de la antigüedad como el teólogo romano Tertuliano y el sacerdote egipcio Manetón mencionaron en sus escritos que las enseñanzas del dios Thot en la religión egipcia antigua incluían la doctrina de la reencarnación del alma y ésas a su vez tenían su origen en la religión aún más antigua de Osiris que les fue enseñada a las civilizaciones humanas primigenias que existieron incluso antes del gran diluvio (Don Schorn, 2009i). Otros textos egipcios como el Papiro de Anana de la dinastía XIX hacen referencia a la transmigración de almas después de la muerte afirmando que «Los hombres no viven una sola vez y luego parten, sino que viven muchas vidas en muchos lugares, aunque no es siempre en este mundo» (Don Schorn, 2009ii). Recordemos que el dios egipcio Thot, un gran maestro divino de la teología, las ciencias esotéricas y los misterios, era idéntico a Ningishzidda, un hijo de Enki y una deidad del inframundo y de la sabiduría, en la religión sumeria. La doctrina de la reencarnación constituía un tema central en la religión egipcia pre-dinástica, se encontraba en un estado casi desfasado en la época dinástica cediendo ante el concepto del inframundo de los muertos y luego volvió a popularizarse a partir del siglo 6 AEC (Don Schorn, 2009iii).

En la religión hindú, la corriente espiritual milenaria de la India, se enseña que el Atman o el alma del hombre es eterno y vuelve a encarnarse en otro cuerpo después de la muerte. Las religiones orientales como el Hinduismo se caracterizan por la doctrina de Saṃsāra, el ciclo continuo de nacimiento, vida, muerte y encarnación, según la cual el alma vagabundea en este mundo y atraviesa por varios estados de existencia hasta encontrar el Moksha o la liberación del ciclo. Los registros escritos más antiguos de la doctrina de la reencarnación en la tradición religiosa índica se encuentran en el Rig Veda (Krishnan, 1997iv), un cuerpo literario compuesto alrededor de 1500 AEC, aunque el concepto puede haber tenido su origen en épocas pre-védicas (Laumakis, 2008v; Kaipayil, 2009vi). Es importante notar que el concepto de la reencarnación ha sufrido grandes cambios a lo largo de la historia de la religión índica. Por ejemplo, bajo la visión védica antigua la transmigración de almas solía considerarse nada más que el ciclo de la naturaleza y el alma se movía por su poder inherente mientras bajo la visión upanishádica posterior se enseñaba que el alma estaba atrapada en el ciclo poco deseable de Saṃsāra y reencarnaba en el mundo debido a la acumulación de su Karma (Krishnan, 1997vii; Laumakis, 2008viii). En fin, el Hinduismo de hoy es muy distinto a la espiritualidad hindú original y aunque se conserve la doctrina de la reencarnación aún sus enseñanzas al respecto se han corrompido bastante en las épocas pos-védicas y se han alejado de su esencia original.

Los conceptos de la inmortalidad del alma y de la reencarnación eran muy presentes también en las religiones esotéricas y la filosofía metafísica de la Grecia antigua. El metempsicosis, la transmigración del alma después de la muerte, fue enseñado por Sócrates (470-399 AEC) y luego popularizado por Platón (428-348 AEC), el fundador ateniense de la filosofía occidental, considerado el ‘Padre Occidental’ de la doctrina de la reencarnación (Don Schorn, 2009ix). Sin embargo, incluso antes del tiempo de Sócrates y Platón la enseñanza del metempsicosis ya estaba arraigada en el pensamiento metafísico de las escuelas esotéricas griegas. En el siglo 6 AEC Pitágoras de Samas y sus seguidores fundaron la escuela pitagórica y enseñaron un ‘conocimiento antiguo’ esotérico según el cual la transmigración de almas era una de las leyes naturales del universo (Don Schorn, 2009x). El Pitagorismo estuvo relacionado a su vez con la secta órfica aún más antigua cuya doctrina principal mantenía que el alma humana era de origen divino y por ende inmortal, pero estaba condenada a vivir durante un tiempo en un ciclo doloroso de reencarnaciones con el fin de aprender las lecciones de la vida, purificarse y volver a unirse con su creador divino (Don Schorn, 2009xi). Cabe decir que este concepto se asemeja bastante a las doctrinas del Saṃsāra, del Karma y del Moksha en el pensamiento religioso hindú de la misma época. En fin, el metempsicosis existió en el pensamiento esotérico y filosófico griego durante la antigüedad clásica y ciertamente tuvo su origen en una espiritualidad primordial subyacente de épocas pre-clásicas.

Otros pueblos indoeuropeos antiguos como los Celtas, los Teutones y los Nórdicos también incluían la doctrina de la transmigración de almas en sus prácticas religiosas. Los druidas, clase sacerdotal de la cultura celta, enseñaban que el alma humana sobrevive la muerte y vuelve a vivir una serie de vidas en distintos cuerpos (Koch, 2006xii). El mismo concepto se encuentra en las sagas nórdicas antiguas y se piensa que la creencia en la reencarnación era común entre los pueblos nórdicos antes de la influencia del Cristianismo en la edad medieval (Jakobsdóttir, 2002xiii). Del mismo modo, la enseñanza estaba muy extendida entre muchos pueblos no-indoeuropeos como los Mayas, los Incas, los Indios Norteamericanos y los Esquimales (Mills y Slobodin, 1994xiv), culturas indígenas que enfatizaban la naturaleza cíclica de este mundo.

Sin embargo, el concepto del más allá era muy distinto en la cosmovisión mesopotámica antigua. A diferencia de la cultura egipcia vecina que abrazaba una visión favorable y esperanzadora del mundo de ultratumba, los Acadios y los Babilonios tenían un concepto bastante deprimente y desalentador de la vida después de la muerte. Para los Mesopotámicos, en el momento de la muerte las almas de los difuntos descendían al Irkalla o inframundo, gobernado por la diosa Ereshkigal, donde estaban condenadas a vivir una existencia sombría y vacía como fantasmas sin distinción de que hubieran vivido una vida noble o una vida de deshonor. Esta doctrina se asemeja mucho a los conceptos del Sheol en la tradición hebrea posterior y del inframundo de Hades en la mitología griega. Así que se puede pensar que este concepto mesopotámico antiguo fue el precursor del infierno en la tradición cristiana (Lucas 16:19-31; 2 Pedro 2:4). El inframundo mesopotámico era un lugar de sufrimiento y de adversidades.

Pero queda una pregunta: ¿Si el más allá es nada más que una existencia sombría en las profundidades infernales entonces para qué Enki, el padre creador y benefactor de la Humanidad, le dio al Hombre un alma divina que lo presentaría siempre vivo aún después de su muerte? ¿Y para qué le habrá otorgado a Adapa (Adán), su hijo humano y su sacerdote más fiel, el gran conocimiento del cielo pero no la inmortalidad inmediata? Lo cierto es que aquí algo no encaja muy bien.

Debemos entender algo muy importante. Hasta recientemente se creyó que la visión del más allá mesopotámica fue constante y sin cambios significativos durante milenios; sin embargo, ahora podemos saber que no fue así realmente y por lo tanto es poco verosímil que los textos relativamente tardíos como el Descenso de Inanna al Inframundo y la Epopeya de Gilgamesh nos presenten con una reflexión certera de cómo eran las creencias del más allá en la religión sumeria temprana (Cohen, 2005xv). Tengamos en cuenta que muchos de los textos que presentan una visión lóbrega de un inframundo oscuro e inhóspito que supuestamente encarcela a las almas de todos los difuntos sin distinción de su nivel de moralidad en vida fueron compuestos en el segundo milenio después de la invasión de Anu-Yahvé y la destrucción de la civilización de Babel a manos de sus esbirros extraterrestres alrededor de 2000 AEC (véase Torre de Babel). Cuando los malvados Anuistas invadieron la Tierra por medios bélicos, desterraron a nuestros Dioses y destruyeron la civilización de Babel, ellos corrompieron muchas de las enseñanzas religiosas y suprimieron mucho del conocimiento antiguo del hombre. Anu-Yahvé y su camarilla malévola borraron cualquier noción de la reencarnación de la religión mesopotámica popular y reemplazaron la doctrina espiritual original por su concepto del más allá infernal.

La espiritualidad enkista impartida por la Serpiente en el Edén, la de la civilización divina de Babel y de las otras grandes civilizaciones primordiales fundadas por los Dioses originales de la facción serpentina, siempre ha enseñado los secretos divinos de la reencarnación, la ciencia sagrada de la Kundalini y el alcance de la divinidad. De hecho, desde tiempos antiguos la serpiente ha sido considerada como un símbolo del conocimiento divino, de las artes mágicas, del levantamiento de la Kundalini y también del ciclo de la reencarnación, pues justo como el alma deja su cuerpo atrás y se encarna en uno nuevo la serpiente muda de piel y toma una nueva forma. Cuando Enki le otorgó a Adapa el conocimiento de los dioses en vez del secreto de la inmortalidad material inmediata, él quiso que entendiéramos la inmortalidad del alma que él mismo nos dio y que conociéramos los secretos de su crecimiento y de su inmortalidad espiritual auténtica (el levantamiento de la Kundalini).

Por otro lado, la corriente doctrinal de los Anuistas siempre ha buscado inculcarnos las ideas de que no hay nada tras la muerte excepto una cárcel sombría y solitaria en el inframundo, una existencia vacía y de poca esperanza en un abismo de oscuridad, un juicio temido ante una autoridad divina y un castigo espeluznante a manos de entidades sobrenaturales. Esa visión horripilante del más allá no empezó con la doctrina del infierno en la tradición cristiana ni con el concepto del Sheol en el Judaísmo; los Anuistas ya habían pretendido dar un impulso a esa doctrina en varias religiones más antiguas como la mesopotámica desde su invasión de la Tierra hace unos 4000 años.

Las dos visiones del más allá han sido grandes rivales desde hace milenios e incluso mucho antes de la fundación de la religión judeocristiana. La enkista siempre ha sido un gran mensaje de esperanza y de renacimiento para la Humanidad mientras la anuista contraria ha sido nada más que una doctrina desalentadora y esclavizante. Dejaré que ustedes decidan cuál está a favor del Hombre y cuál es el adversario de nuestro crecimiento.

La Torre de Babel, la Invasión Anuista de la Tierra, Kali Yuga y el Fenómeno Arcóntico

A finales del tercer milenio sucedió un evento catastrófico que cambiaría la trayectoria de la historia de la Humanidad para siempre. En aquel tiempo fatídico la leyendaria civilización de Babel, el último baluarte verdadero de la corriente espiritual enkista auténtica ubicado en el corazón de Mesopotamia, fue destruida por invasores malévolos de origen divino y mucho del gran conocimiento espiritual antiguo de nuestros Dioses fue suprimido y condenado al abismo del olvido. Aquel suceso afectaría nuestro ciclo de reencarnación de modo muy negativo.

En el Génesis bíblico el mismo acontecimiento se relata como el mito de la Torre de Babel. La Biblia cuenta que cuando los sabios provenientes del este se asentaron en la tierra de Sinar (Sumeria) cuyo rey era el gran cazador Nimrod, construyeron allí una ciudad y empezaron a edificar una gran torre cuya cúspide llegaba al cielo, Yahvé de los Elohim vio que todo el mundo hablaba una sola lengua, se dio cuenta de que los hombres habían comenzado la obra, descendió a la Tierra acompañado por sus secuaces divinos y confundió el lenguaje de los hombres de modo que dejasen de edificar la torre (Génesis 11:1-9). En esta alegoría, cuando se interpreta de modo esotérico, el lenguaje unificado del Hombre se refiere al alineamiento perfecto de los chakras de la anatomía oculta, el acto de cocer los ladrillos con fuego para edificar la torre es una referencia alegórica a la activación del fuego de la Kundalini que va abriendo los chakras, la cúspide que llega al cielo simboliza el levantamiento de la Kundalini hasta el séptimo chakra, el celestial, ubicado en la coronilla; y la obra que los hombres han comenzado significa el Opus Magnum: nuestro alcance de la divinidadxvi. Es por eso la ciudad se llamaba Bab-ilani (Babel), la ‘puerta de los dioses’. Los hombres de la civilización de Babel practicaban la auténtica espiritualidad enkista cuyo propósito principal es nada menos que el endiosamiento del hombre.

La Epopeya de Enmerkar, un texto sumerio antiquísimo que se asemeja mucho al contenido de Génesis 11, habla de una mítica edad de oro durante el reinado del rey Enmerkar, el precursor sumerio del Nimrod bíblico, en la que no había miedo ni terror, el Hombre no tenía rival, la lengua de la tierra de Sumeria estaba en plena armonía y todo el mundo alababa a Enlil (¡Sí, a Enlil!) al unísono y en una sola lengua. Según el mismo relato, ¡es Enki el que unifica el habla de la Humanidad para que sea una! La civilización del Babel no fue una tierra de confusión espiritual como afirma la tradición judeocristiana posterior; fue una civilización de armonía espiritual y de gran aprendizaje bajo la tutela de nuestros Dioses auténticos.

Sin embargo, toda esa armonía llegaría a su fin con la invasión de nuestro planeta por parte de Anu-Yahvé que descendió a la Tierra acompañado por sus legiones celestiales y destruyó el orden espiritual original. Los Anuistas guerrearon con nuestros Dioses, los expulsaron de la Tierra, confundieron el funcionamiento espiritual del Hombre con su maldecida magia negra extraterrestre y sometieron al mundo entero a su dominio. Así Anu-Yahvé y sus ‘ángeles’ maléficos se apoderaron de la Tierra. Curiosamente muchos registros mitológicos antiguos relatan episodios de guerras entre los dioses alrededor de la misma época. La Epopeya de Erra babilónica relata un enfrentamiento bélico encarnizado entre los dioses de Anu y los dioses de Marduk en el cual muchas de las ciudades enkistas fueron destruidas. La Epopeya de Erra más tarde formaría la base del relato bíblico del arrasamiento de Sodoma y Gomorra (Sitchin, 2011xvii). Del mismo modo, un cuerpo literario sumerio conocido como las lamentaciones de Sumeria da testimonio de la desolación de las ciudades de Enki y de la evacuación de nuestros Dioses de la Tierra. En fin, el último paleo-apocalipsis fue una invasión bélica de los dioses malévolos que terminó acabando con la civilización de Babel y dio como resultado el exilio de los Dioses originales.

Desde entonces el mundo entero cayó en una era de oscuridad caracterizada por la ausencia de los dioses auténticos y la corrupción progresiva de la espiritualidad. A ese tiempo se le denomina la Edad de Hierro en la mitología griega y Kali Yuga, la era de impureza, en la tradición hindú. Esta era se caracteriza por la decadencia moral, la violencia extrema, el oscurantismo, el olvido de la espiritualidad auténtica, la corrupción política, el engaño y la religión falsa. Kali Yuga es el tiempo del reinado del dios impostor Anu-Yahvé (El-Saturno-Kronos), el malvado dios de este mundo, el al que los Gnósticos antiguos llamaron el malévolo Demiurgo. Esa entidad maléfica que se hace pasar por el ‘dios creador’ se apoderó de nuestro mundo hace unos 4000 años tras expulsar a nuestros Dioses originales y ahora él y sus malvados ‘ángeles’, llamados Arcontes en la cosmología gnóstica, señorean sobre el planeta de modo subrepticio desde el plano astral y nos tienen sometidos a su sistema de control. Ellos son una camarilla extraterrestre demoníaca que secuestró la Tierra tras su victoria en la última guerra divina apocalíptica justo antes de la misteriosa y repentina desaparición de la civilización sumeria.

Este concepto del fenómeno arcóntico que supone que el mundo ha sido secuestrado por una facción de entidades malévolas se ve claramente también en el texto profético antiguo llamado la Profecía de Thot. Según el gran dios Thot, Hermes en la tradición esotérica griega y Ningishzidda en la religión sumeria antigua, en los tiempos postreros el mundo sería eclipsado por la oscuridad y el mal, los Dioses originales se ausentarían de la Tierra, la religión auténtica se degeneraría, la creencia de que el alma es divina e inmortal sería ridiculizada y para colmo ¡sólo ÁNGELES MALVADOS permanecerían! Esta revelación de Thot se asemeja mucho a la situación de Kali Yuga en la tradición apocalíptica índica según la cual durante Kali Yuga el mundo es gobernado por el demonio Kali y las potestades demoníacas Koka y Vikoka. Curiosamente, los Griegos también creían que los grandes dioses andaban junto con los hombres en la Tierra en las eras doradas de antaño, pero luego desaparecieron de nuestro mundo hacia 2000 AEC. Con la ausencia de los Dioses de Enki, la Humanidad está a la merced del orden arcóntico del impostor Anu-Yahvé que aún tiene su dominio sobre el planeta.

¿Por qué menciono todo esto ahora? Pues porque esta situación cósmica afecta mucho el ciclo de la reencarnación hasta la actualidad.

Reencarnación y la Situación Actual

Muchos lectores quieren saber lo que le espera al alma en el momento de la muerte. Aquí voy a presentar las enseñanzas de nuestros Dioses en cuanto a esta cuestión. Toda la información respecto al más allá que presento aquí se puede encontrar en este sitio enkista.

Al morir el cuerpo físico, el alma sale de la carne y entra al plano astral. Separada del mundo material, allí deambula y se topa con todo tipo de entidades. Algunas son guerreros enkistas que se han proyectado al plano astral donde hacen combate contra los secuestradores de nuestro planeta y otras son esbirros de Anu-Yahvé, los llamados ‘ángeles’, Nórdicos anuistas, Saurios y Grises cochambrosos que rodean nuestro mundo desde el astral y trabajan como nuestros carceleros arcónticos.

Cuando el alma del difunto sale al plano astral ya está a la merced de esas entidades que merodean por allí. Algunas personas que han vivido experiencias cercanas a la muerte testifican que se sintieron atravesar un túnel oscuro, al final vieron un gran paisaje hermoso como el paraíso e incluso se encontraron con seres lumínicos que los esperaban allí. Otros testigos dicen que estuvieron en un abismo oscuro y solitario que se asemejaba a nuestro concepto del infierno. Sin embargo, esos lugares astrales respectivos son nada más que formas-pensamiento anuistas traicioneras y detrás de esa luz famosa sólo nos espera una terrible trampa de los arcontes: las cárceles energéticas astrales del malvado Anu-Yahvé.

Si el alma errante es encontrada por un guerrero de Enki en el astral, en ese caso es rescatada de las garras de los carceleros anuistas y llevada a Orión, el hogar cósmico de los Enkitas, donde puede descansar y planear bien su próxima encarnación. Por otro lado, si el alma es detenida por los esbirros de Anu-Yahvé primero, entonces se encuentra atrapada en la vórtice energética anuista y allí permanece como un esclavo espiritual de los malévolos arcontes.

Ahora podemos entender de dónde vienen los conceptos del inframundo sombrío y del abismo del tormento en las mitologías antiguas. Ahora podemos ver por qué en algunas culturas antiguas la doctrina de la reencarnación original empezó a desfasarse y fue reemplazada por la idea del descenso al infierno. A finales del tercer milenio los Anuistas se apoderaron de nuestro mundo, tanto físico como astral, y desde entonces ellos perturban nuestro ciclo metempsicótico natural y muchas veces detienen nuestras almas en sus prisiones astrales entre encarnaciones. Es por eso que muchos de los textos religiosos mesopotámicos escritos en el segundo milenio (después de la infame invasión anuista) comienzan a describir el más allá como una existencia sombría y vacía como un fantasma en un abismo oscuro e infernal. Es por eso que la doctrina de la reencarnación se desfasó durante un tiempo en el Egipto dinástico antes de resurgir a partir del siglo 6 AEC.

Este último caso, el de la captura a manos de los secuaces astrales de Anu-Yahvé, es una situación pésima para el alma. Ella primero será acosada y utilizada como una fuente de energía por los arcontes anuistas parasíticos. Lo que nos espera detrás de ese paisaje hermoso y luminoso es nada más ni nada menos que un enorme gulag astral anuista por así decirlo. Luego será ‘lavada’, ‘formateada’ y reencarnada por los Anuistas a la fuerza y en contra de su voluntad. Muchas veces los ‘ángeles’ de Anu-Yahvé, el malévolo dios impostor de este mundo, borrarán sus recuerdos de sus encarnaciones previas, la encarnarán en un entorno adverso y contrario a su búsqueda espiritual y le inocularán debilidades como una propensidad a la depresión, discapacidades, enfermedad psicológicas y traumas para que vuelve a encarnarse más débil y su sufrimiento sea más en su próxima vida. Éste es el caso a fortiori con las almas rebeldes que no se sometieron a la presunta autoridad de Anu-Yahvé en sus vidas pasadas.

¿Por qué creen que la Biblia dice que Yahvé, dios celoso, castigarán a aquellos rebeldes, que lo aborrecen y se inclinan a otros dioses, hasta la tercera o la cuarta generación (Éxodo 20:5)? Así es la mentalidad de Anu; él busca castigar a todos aquellos que no aceptan su cosmovisión única y su sistema único.

Muchas almas que cayeron en la trampa insidiosa de Anu-Yahvé y sus ‘ángeles’ arcónticos son forzadas a encarnarse en países y regiones que no son adecuados para ellas, en familias hostiles y conflictivas, en comunidades adversas donde el espíritu anuista es muy fuerte como las judeocristianas, musulmanas, etc., en cuerpos con graves enfermedades y profundas aflicciones mentales, y sin ningún rumbo espiritual fijo. Muchas almas rebeldes que están en esta situación sentimos mucho dolor, mucha angustia, mucho sufrimiento y mucha frustración en esta vida. Nos sentimos solos, aislados, inadaptados, insatisfechos y poco comprendidos. Sentimos que no encajamos en ningún lado y percibimos que somos náufragos en un mundo ajeno desde pequeño. Muchos de nosotros, cuando aún desconocemos la situación cósmica, nos metemos en religiones en busca de respuestas y buscamos nuestra salvación en las iglesias. Aún no sabemos que en realidad sólo estamos rindiendo culto a nuestro propio adversario, abusador y verdugo. Dicha situación nociva puede durar años hasta que experimentemos un inexplicable ‘despertar’ liberador. Anu-Yahvé, ese maldecido Saturno-Kronos, es el sembrador de las semillas del sufrimiento en nuestras vidas y el segador de pena. Él diseña nuestras trayectorias reencarnativas y nos somete a encarnaciones desfavorables con el fin de hacernos sufrir como castigo.

Obviamente el primer caso, el de un rescate enkista en el astral, es mucho mejor para nosotros. En este caso el alma afortunada es trasladada a la morada de nuestros Dioses en la constelación de Orión enseguida y allí puede planear su nueva encarnación con la ayuda de nuestros guías enkistas y bajo sus propias condiciones en un ambiente tranquilo. A diferencia de la reencarnación forzada de las víctimas de los Anuistas, las almas rescatadas por los Enkitas son libres para encarnarse con una búsqueda espiritual específica y pueden eligir una vida más idóneas para ellas. Lo cierto es que jamás serán forzadas a encarnarse en contra de sus propios deseos y en un entorno nocivo para su desarrollo espiritual. Así el alma tendrá mayor oportunidad de vivir una vida próspera y feliz en sus próximas encarnaciones.

La situación reencarnativa desde la invasión anuista antigua puede parecer muy horrible y es así, pero por lo menos les puedo dar una buena noticia. Actualmente todos los humanos que han hecho su compromiso a Enki y se han unido a la gran familia enkista de modo formal son rescatados por nuestros Dioses, muchas veces por sus propios guías, y son llevados a la morada de Enki en Orión. ESO ES SIN NINGUNA EXCEPCIÓN. Cuando hacemos el ritual de compromiso, el sigilo de Enki es incrustado en el aura de nuestra alma y ése nos protege y permite que nuestros Dioses nos encuentren a la hora de nuestra partida al astral. Así ellos nos pueden identificar enseguida, luchar contra los arcontes anuistas que nos quieren encerrar, y sacarnos de la tierra de nadie en el astral para ‘repatriarnos’ en el mundo orionita. Es por eso que el ritual de compromiso es de suma importancia y es un deber tan vital para cualquier Enkista sincero.

Antes de cerrar este tema, me gustaría decir algo respecto a la doctrina popular del Karma que impregna el Budismo, el Hinduismo actual, el Movimiento de la Nueva Era y varias otras espiritualidades modernas. La realidad es que el concepto de la deuda kármica viene directamente de Anu y esta doctrina es el equivalente oriental del perverso ‘Pecado Original’ de la corriente abrahámica. Semejante a la cosmovisión lapsaria bíblica, la doctrina del Karma enseña que cada hombre nace con la carga del Karma de los pecados de sus vidas anteriores, es el único culpable de su sufrimiento en esta vida, necesita sufrir para absolverse de sus deudas morales acumuladas y requiere de la intervención religiosa, la de los Anuistas por supuesto, para salvarse de su ‘estado pecaminoso’. Se podría decir que la doctrina del Karma es el hermano gemelo del ‘Pecado Original’. En realidad no hay Karma; ése es únicamente una invención de Anu-Yahvé cuyo propósito es esclavizarnos en una telaraña de culpa y someternos al yugo de las filosofías opresivas y las pseudo-espiritualidades vacías de los arcontes. El castigo kármico no es la solución a los problemas morales de la Humanidad; es nomás una cárcel esclavizante que mantiene al hombre en un estado de estancamiento. El conocimiento y la iluminación son la auténtica solución, cosas que Anu no nos permite.

Como vimos antes la doctrina del Karma en su sentido actual fue un desarrollo relativamente tardío en la religión hindú y surgió a partir de la época upanishádica. En la tradición védica anterior los conceptos de la deuda kármica y del ciclo de Saṃsāra fueron prácticamente ausentes y la transmigración de almas solía considerarse un ciclo natural y algo positivo impulsado por la fuerza vital de la propia alma en vez de un deber con el fin de expiarse de las ataduras de los pecados de vidas pasadas. En fin, el Hinduismo de hoy no es igual a la religión índica original, alberga muchas corrupciones anuistas desde hace milenios y ahora en el apogeo de Kali Yuga está bastante alejado de la auténtica espiritualidad enkista original.

Queridos lectores, espero haber dejado claro cómo el proceso de la reencarnación funciona en la actualidad. Ahora el plano astral está en un estado muy caótico y los malditos arcontes anuistas siguen encarcelando a las almas que no están bajo la protección de Enki y forzándoles a encarnarse en contra de su voluntad, pero toda esta ordalía llegará a su fin después de la liberación de la Tierra y el ciclo metempsicótico volverá a su estado natural con la llegada de Satya Yuga.

¡GLORIA A ENKI!

¡GLORIA A TODOS NUESTROS GRANDES DIOSES DE ORIÓN!

Referencias
iDon Schorn, M. (2009) Reincarnation… Stepping Stones of Life. Huntsville (p. 26)
iiDon Schorn, M. (2009) Reincarnation… Stepping Stones of Life. Huntsville (pp. 26-27)
iiiDon Schorn, M. (2009) Reincarnation… Stepping Stones of Life. Huntsville (p. 55)
ivKrishnan, Y. (1997) The Doctrine of Karma. Dehli (p. 12)
vLaumakis, S.J. (2008) An Introduction to Buddhist Philosophy. Cambridge (pp. 20-28)
viKaipayil, J. (2009) Relationalism: A Theory of Being. Bangalore (pp. 28-29)
viiKrishnan, Y. (1997) The Doctrine of Karma. Dehli (p. 13)
viiiLaumakis, S.J. (2008) An Introduction to Buddhist Philosophy. Cambridge (pp. 28-29)
ixDon Schorn, M. (2009) Reincarnation… Stepping Stones of Life. Huntsville (p. 33)
xDon Schorn, M. (2009) Reincarnation… Stepping Stones of Life. Huntsville (p. 30)
xiDon Schorn, M. (2009) Reincarnation… Stepping Stones of Life. Huntsville (pp. 30-31)
xiiKoch, J.T. (2006) Celtic Culture: A Historical Encyclopedia. Santa Barbara (p. 850)
xiiiJakobsdóttir, S. Gunnlod and the Precious Mead, ed. Acker, P. & Larrington, C. (2002) The Poetic Edda: Essays on Old Norse Mythology. New York (p. 42)
xivMills, A.C. & Slobodin, R. (1994) Amerindian Rebirth: Reincarnation Belief Among North American Indians and Inuit. Toronto (pp. 18-20)
xvCohen, A.C. (2005) Death Rituals, Ideology and the Development of Early Mesopotamian Kingship. Leiden (p. 100)
xviLoveenki.com (http://www.loveenki.com/enki/2012/01/marduk-et-la-tour-de-babel/)
xviiSitchin, Z. (2011) There Were Giants Upon the Earth: Gods, Demigods, and Human Ancestry: The Evidence of Alien DNA . New York (pp. 287-290)

Fuente: http://www.enkiptahsatya.com/24-el-alma-la-reencarnacion-y-el-plano-astral.html