4 pasos para interpretar tus sueños de acuerdo con los métodos de Carl Jung

No sólo se trata de identificar arquetipos, también es necesario saber qué significan para el soñador.

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Los sueños han intrigado a los humanos durante generaciones. Ciertas civilizaciones antiguas concebían que los mundos oníricos y nuestras experiencias en ellos eran parte de nuestra conexión con el mundo espiritual. Posteriormente la manera en que las personas consideran sus sueños fue modificándose, pero aún nos levantamos de vez en cuando con el deseo de saber qué significa lo que hemos experimentado tan vívidamente mientras que nuestro cuerpo yacía despatarrado en la cama. En este sentido, los métodos de interpretación de sueños creados por Carl Jung son bastante sencillos y no requieren que seas un erudito en mitología o arquetipos.

Analizar nuestros sueños de esta manera puede resultar una herramienta útil de autoexploración, ya que para hacerlo sólo se necesita tener deseo de cuestionarse a uno mismo y estar dispuesto a llevar una bitácora al respecto, pues nuestra mente inconsciente nos habla en un lenguaje de símbolos, de tal manera que podemos descifrar los vericuetos de nuestros dramas internos al revisar lo que el inconsciente nos está proyectando. Hacerlo implica decodificar los símbolos del inconsciente y para hacerlo se pueden seguir cuatro pasos básicos:

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1. Hacer asociaciones relacionadas con los símbolos del sueño

Escribe cada una de las imágenes o elementos del sueño; por ejemplo: zapatos azules, gato blanco, casa de la abuela. Luego escribe qué asociaciones surgen en tu mente con respecto a cada uno de estos elementos. Estas asociaciones son especiales para cada persona porque mientras que para unos soñar con cruzar un puente puede indicar una travesía emocionante o el final de una etapa difícil para otros podría ser un camino inseguro donde emerge su pánico a las alturas. Las asociaciones correctas para cada elemento son aquellas que sientes como tales; puede ser que tengas tres o cinco para una imagen, pero una de ellas es la que realmente causa una reacción en ti y descubres que tiene sentido. No sólo se trata de reconocer arquetipos sino de descubrir qué significado tienen en tu vida.

2. Conectar las imágenes del sueño con aspectos internos del ser

Gracias a las asociaciones del primer paso puedes empezar a identificar a qué parte de tu ser corresponde cada elemento. A veces vemos a ciertas personas en nuestros sueños como amigos, parejas o familiares y por lo tanto sería fácil asumir que el sueño se relaciona con estas personas. Sin embargo, esto no es siempre atinado; a veces vemos a una persona que no conocemos pero en el sueño sabemos quién es, por ejemplo una guía o un hermano. En otras ocasiones estas personas que vemos son en realidad un símbolo para quien sueña, representando una cualidad, acción, estado emocional o concepto, pues el subconsciente suele tomar imágenes de las situaciones del mundo de la vigilia para simbolizar algo que le pasa al soñador.

3. Elige la interpretación correcta

Este paso implica preguntarte cosas con respecto al mensaje que el sueño intenta comunicar. Lo mejor es escribir una lista de opciones. Una vez hecho esto lo que sigue es escoger una. Si tienes problemas hay ciertos parámetros que pueden servirte de guía. Elige una interpretación que te muestre algo que no sabías. Evita las interpretaciones que nada más estén adulando o complaciendo a tu ego. Descarta las interpretaciones que te quiten responsabilidad sobre el asunto, ya que esto generalmente es simple evasión.

4. Ancla el nuevo conocimiento con un ritual

Para integrar la experiencia del sueño a tu vida en el tiempo de vigilia es importante que realices un ritual, pues esta es la forma simbólica de traer la información del subconsciente a la mente consciente anclándola en en el mundo físico. Las acciones rituales no tienen que ser complejas ni incluir velas, símbolos y oraciones. Pueden ser cosas tan sencillas como escribirle a alguien o pasar a hacerle una visita; el punto es realizar una acción que indique la comprensión del mensaje.

Fuente: pijamasurf.com

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Sobre la aceptación como el camino para sanar. Carl Jung

Una psique en guerra consigo misma sólo se libera cuando la oscuridad sale a la luz.

Cuando pensamos en el arquetipo de maestros o sanadores se nos vienen a la mente imágenes de médicos diligentes, sacerdotes de moral impecable, chamanes sabios en medio de la selva o enfermeras abnegadas y serviciales; sin embargo, para poder ayudar a otros es preciso ser capaces de ayudarnos primero a nosotros mismos. Parafraseando un viejo refrán, un ciego no puede guiar a otro ciego, y en el caso del acompañamiento psicológico, el psicoanalista Carl Jung tiene bastante que compartir al respecto.

Durante una conferencia dictada frente a un auditorio de sacerdotes suizos, Jung habló de la importancia de que los médicos y los sacerdotes —así como los psicólogos y psicoanalistas— no juzguen a sus pacientes ni se dejen invadir por prejuicios morales, pues aquellos que buscan apoyo en ellos ya se sienten de por sí bastante enjuiciados. Esto, para Jung, sólo se consigue si el médico acepta su propio “lado oscuro”. No se trata de que el médico aliente las fantasías de sus pacientes, sino de “sentir a través de la mente del paciente”, sin juzgarlo, a través de algo que Jung llamó “objetividad desprejuiciada”.

Aunque el término puede sonar abstracto y con un ligero aire intelectual, para Jung se trata de una condición que incluso los hombres y mujeres de fe deben albergar y cultivar en sí mismos, a sabiendas de que “Dios ha permitido que toda clase de cosas extrañas e inconcebibles ocurran, y busca entrar en el corazón del hombre de las más curiosas formas”. Así pues, la objetividad desprejuiciada nos permitirá “sentir en todas partes la presencia invisible de la voluntad divina”, incluso en lo demoníaco, a través del arquetipo del Diablo, que interpretado alquímicamente puede leerse como una metáfora de la conversión de la materia mortal en oro.

carl-jung-on-acceptance-as-healingPara Jung “no es posible cambiar algo a menos que lo aceptemos”, y eso incluye toda clase de enfermedad y abyección moral, así como las imágenes distorsionadas que nos seducen o aterran en nuestros propios sueños. No sirve de nada enjuiciar a los pacientes por sus estilos de vida o elecciones si queremos ayudarlos; pero aunque no seamos psicólogos ni religiosos, podemos pensar que tampoco sirve de mucho juzgarnos duramente a nosotros mismos; en palabras de Jung, “la condenación no libera, sino que oprime. Soy el opresor de aquellos a quienes condeno, no su amigo ni acompañante en el sufrimiento”.

Puede parecer muy simple darnos a la tarea de no juzgarnos a nosotros mismos ni a los demás, ¿pero es posible sostener esta idea a largo plazo? ¿Qué hacer cuando el juicio moral recae sobre nuestras propias acciones, incluso las pasadas, cuando nos dejamos llevar por el arrepentimiento y la duda respecto al futuro? A decir de Jung, la sola idea de aceptarnos a nosotros mismos con toda nuestra envidia, nuestra maldad, nuestro deseo de reconocimiento, nuestros pequeños vicios, “puede hacernos sudar de miedo”.

early-flightPara Jung, mucha gente decide no observarse ni aceptarse a sí misma, y emprenden el escape del camino del autoconocimiento sólo para caer en lo que él llama “la morbus sacer de la neurosis”, cuando la personalidad parece estar en una guerra interna consigo misma. Jung escribe:

La neurosis es una escisión interna —el estado de guerra consigo mismo. Todo lo que acentúa esta escisión hace que el paciente empeore, y todo lo que la mitiga tiende a sanarlo. Lo que lleva a la gente a estar en guerra con ellos mismos es la sospecha o el saber de que cada uno consiste en dos personas opuestas entre sí. El conflicto puede darse entre el hombre sensual y el espiritual, o entre el ego y la sombra. Es lo que Fausto quiere decir cuando afirma ‘Dos almas, ¡ay!, habitan en su pecho, y cada una de ellas quiere separarse de la otra’. La neurosis es una división de la personalidad.

¿Cómo ayudar a otros a aceptar su propia sombra, su propio “lado oscuro”? Y tal vez más importante, ¿cómo aceptar que nosotros también llevamos una escisión, una división interna que amenaza con ponernos en guerra contra nosotros mismos? En realidad, la única opción disponible si decidimos no adentrarnos en nuestro lado oscuro es vivir en la ignorancia de nuestra propia completud y habitar como extraños dentro de nosotros mismos. Este camino puede llevarnos a “ocuparnos de los problemas y pecados de otras personas”, así como darnos “un perceptible aire virtuoso, en función de que nos hemos engañado con benevolencia a nosotros mismos y a los demás. ¡Gloria a Dios, hemos escapado por fin de nosotros mismos!”.

Así pues, no queda más que observar nuestras faltas, inconsistencias, “pecados” y toda clase de imperfecciones con mirada benevolente: en realidad no son invenciones genuinas de nosotros, y probablemente ni siquiera son tan reprobables como las de la mayoría. Es posible encontrar algo en común con toda la humanidad cuando aceptamos lo que Jung llama la “sombra” de nosotros mismos, el lado oscuro, la parte negada. “Sólo aquel que se ha aceptado a sí mismo por completo”, remata Jung, “posee la ‘objetividad desprejuiciada’”, ingrediente sin el cual será incapaz de ayudar a otros e incluso a sí mismo.

*Imágenes: 1) N°. 2 – 1re aérostatique à Annonay (1783); 2) The Art of Swimming; 3) N°. 9 – Mort de Harris (1824) – Dominio Público

Fuente: faena.com

TE DOY MI ALMA, Carl Jung, Soul Keeper (subtitulos en español)

Película de Hechos reales de la vida de Carl Jung con Una Paciente especial Rusa Sabina Que no solo de sí Curo Sino Que se convirtio En Una de las Mejores Terapeutas, Creando Nuevos métodos. Era judía y Una artista genial.
Las Mujeres Dieron a Jung Toda la maestría y necesidad de conocer el inconsciente. Sabina, siendo Desconocida exceptopor El diario Que escribió a Jung, fue Una de las Grandes Influencias en su vida.

Fuente: http://www.fundacion-soliris.eu/worldtv.htm